"La vida nos suele castigar/ y hacernos llorar si no hemos llorado./ A unos por no saber amar,/ a otros por amar demasiado".
Pasará el tiempo y habrá chance de hablar
y nos llegará el momento de perdonar
y sabremos que no era tan difícil perdonarnos.
Por algo se cruzaron nuestros destinos,
yo sé bien que por alguno de esos caminos
vamos a volver a encontrarnos.
La vida fue para los dos un aprendizaje
y cada uno de nosotros se puso el traje
que creyó que era el más apropiado.
Logramos coincidir en muchos puntos
y ahora a pesar de todo seguimos juntos
aunque cada uno se haya ido por su lado.
Ahí quedaron madre, muchas huellas,
hay recuerdos, historias en cada una de ellas
en las cuales ambos fuimos protagonistas.
Un intercambio de experiencias de parte y parte,
de ser madre e hijo hicimos nuestro arte
aunque no nos sintiéramos artistas.
Hoy hemos entrado en una pausa
que sólo Dios conoce bien la causa,
pero no será para siempre la ausencia.
Nos cruzaremos para amarnos, yo lo sé
y yo con toda seguridad estaré
bendiciendo tu presencia.
Nunca adiós te dijo tu hijo,
así que esa parte no la corrijo
y permanezco sereno, en calma...
Esta historia nuestra tendrá continuación,
con lo que yo haya dejado en tu corazón
y lo mucho que dejaste en mi alma.