Mi corazón se siente satisfecho
de haberte amado y nunca poseído;
así tu amor se salva del olvido
igual que mi ternura del despecho.
Miguel Ángel Buesa
Como las aves viajeras
de albos y oscuros colores
Que se marchan, así tú te irás
al final del verano.
Dejarás el recuerdo
de tus blancas plumas.
Y trigal exangüe será mi pecho
Al seguirte por el cielo azul
Desplegando tus alas,
Con un rumbo nuevo.
Esperaré distante, ingrata
tu eventual regreso.
Y en mis desvaríos, perturbado,
te llamaré lejano;
Prendidas en mis ojos, aún
Las desnudas carnes de tu cuerpo.
Entrado el invierno
en mi corazón y sienes
Los lirios y los arrayanes
vestirán mi lucera ya sin primavera.
Álgidas me alcanzarán las noches,
de otros tiempos ardientes,
Sabré entonces que ya es hora
de liar el petate
Delalma
13/09/2012 12:17 a.m.