Recuerdos dulces y tiernos
de una infancia feliz
acuden a mi memoria
añoranza de volverlos a vivir.
Tus sandalitas de oro
pedias sin cesar
sin ellas no me hago la foto
llorabas sin parar,
¡qué carita tan bonita!
que carita de felicidad
las sandalias aparecieron
recobras la tranquilidad.
El fotografo prepara
su trabajo a realizar
la niña posa sonriente
las sandalitas de oro...
en sus pies están.
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