Esta tarde está vacía
sin tu presencia en el río.
Esta tarde sabe fría
sin el calor de tu arrimo.
Y bostezo soledades,
que despiertan en el alma,
para vivir realidades
del silencio que me llama.
Y me rebelo gritando
a las corrientes del río
pues aunque soy solitario
necesito estar contigo.
Llámame que yo te espero,
quiéreme que yo te vivo,
suéñame pues soy tu sueño,
que jamás habrás vivido.
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