Calmarnos...
Tomarnos de la mano,
sin las manos del pasado.
Calmarnos,
y despedir un suspiro
casi sin escucharlo.
Calmarnos,
porque si ya no hay mañana,
aun podremos amarnos.
¡Por Dios! ¡calmarnos!
no es necesaria la tormenta
para volver a encontrarnos.