*Montaña*
Sois osados los chinos que arañáis mi bella piedra
para construir un grotesco sendero de la crueldad,
que goce encontraras subiendo a mi pared de roca
si al realizar el prodigio de obra han muerto almas.
*Sendero*
Tortuoso soy al horadar tu faz para ensamblarme
sólo la China sabe atreverse a tanto atrevimiento,
cuando un Mandarín desprecia la vida del hombre
la sangre cautiva de obreros es cemento perenne.
*Evidencia*
El camino que sube el alma del esclavo al Nirvana
donde el amo que debía proteger al esclavo gime,
consolando los vacios cuerpos sin sangre ninguna
cuando el Celestial Imperio derrocha boato y odio.
*Supremo*
Serás siempre el sendero del cruel de gran sufrir
como la soberbia muralla que se ve desde la luna,
cuando la sangre del esclavo se mezclaba con cal
construíais con suma fiereza el soberbio sendero.
*Imperio*
El engreído dueño de los esclavizados del Imperio
se siente seguro y valiente en su ciudad prohibida,
porque los dioses de su cosmos iluminan su poder
se distrae afligiendo el corazón del sufrido pueblo.
*Tiránica*
Un capricho del que se creía enviado de los dioses
que recorre las montañas entre las tres gargantas,
donde el río Yangtsé es dueño y amo de sus valles
cuando la flor de almendro erigia el alba de China.
*Belleza*
Autor:
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
15 septiembre de 2012