Veía cómo un ave escapaba
de una imaginaria sorpresa.
Y a ti ya no te veía acercando,
ni tu cálida sonrisa que todo lo tenía;
y mi alma de mi cuerpo,
sentía que se iba.
No se fue.
Pero de mi corazón lágrimas sí.
...
Recuerdo que mi alma,
tras un sueño ésta corría;
pero siempre tú la detenías
creyendo que te dejaría
sin saberlo todavía
que tú eras el sueño;
y que a ti te perseguía.
...
Canto yo ahora
los romances ya pasados
y momentos recordados
en instantes a solas.
Veía cómo un ave escapaba
de una imaginaria sorpresa.
Y también a ti más lejos te veía...