*Matojo*
Arenal azulado de desértica cualidad de ser
debes aguaitar en los erectos brotes verdes,
para que el simún no seque esta hermosura
cuidaras mi tallo coronado con ternura bella.
*Arenal*
Azulenco soy porque mi sequia me enciende
aunque me encandilo cuando arropo el tallo,
rodeando la esencia de esa orgullosa altivez
me someto a tu casta oriunda como vegetal.
*Matojo*
Cuando implores las nubes de sana tormenta
avisa para cerrarle a la ventisca mis capullos,
no deseo gastar la savia que crea mi vástago
para que otra bella planta enajene la quietud.
*Arenal*
Ves en la lejanía un rojo rayo de sol postrado
cuando hace horas calentaba mi ser ardiente,
desaguando la maltratada partícula cristalina
atesorando esa gota que necesitaba tu existir.
*Matojo*
Perecemos apestados de la biosfera terrestre
cuando la paz y el sosiego mecen nuestro ser,
sabes arenilla si algún humano osase pisarte
cuando tu duna es nítida como la mar de sed.
*Arenal*
Profusas estrellas han pasado sin ser hoyado
por el temor extremo al misterio del desierto,
donde raptara tu alma una náyade encantada
para adormecer tu eternidad entre sílice azul.
*Ninfa*
Autor:
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
16 septiembre de 2012