Me persigues y me atrapas, recuerdo
de lo inmortal sin vida,
viento que traspasas los umbrales,
una mano agotada de intentar
tocar el agua
donde la nada lo imposible.
Navegas de aquel siglo
y tus palabras dicen juventud
aún.
Recuerdos que construí de arena y de ceniza.
Todo da vueltas
en un mismo punto de peligros,
en donde alma simbólica
y deseo se repiten y se clonan.
Nada diré porque no puedes verte,
porque sólo eres memoria,
cien millones de neuronas
guardadas en un simple
cajón, donde por cierto
vivificas y creas el misterio…
Recuerdos.
(GALERÍA INSOMNE)