Callado el tiempo
ya no mira atrás .
El corazón diminutivo
de un viejo amor,
abandona los demonios
de la desilusión.
Ya quedan pocas letras
para escribir su nombre
para escribir mis torpes
tristezas;
de heridas,
cicatrices
y falsas curas ,
me canse de crecer .
De crecer,
habitado por efímeros gritos,
por caníbales silencios,
por esa benévola sensación
de verte en otros cuerpos.
Soy secuestrado por un
extraño conjuro,
de miedos ,
dudas,
ilusión siempre precoz.
Volar en letras
es romper el hechizo,
es quebrar mis alas.
Es pensar el futuro
como antónimo de realidad.
Aprender a vivir es
naufragar,
llegar al sueño
antes que a la locura.
Los poemas,
los viejos cuadernos ,
los sonámbulos manuscritos,
los borradores;
se harán futuro en caminos.
Se harán inmortales .
No sabrá la muerte
robar los versos
que otras voces dibujarán,
en quien sabe
que oído,
para hacerlos vivir.