Levántate cansado peregrino,
alista tus maletas y vuelve a tu andar,
es largo, muy largo es el camino
el que la vida te ha querido dar.
La noche silenciosa y oscura
será la morada en tu larga vida,
mas el día, el campo y su ternura
saciará tu fe tan escondida.
Si alguna mano te extiende en el camino,
no le des la confianza que te pida,
recuerda ¡oh! hermano peregrino,
que todo no es amor en esta vida.
Anda sonriendo, aunque sangre tu herida,
pues nadie se apiadará de ti es por seguro,
no olvides nunca a la mujer querida,
aquella que te entrego su amor tierno y puro