LA niña va tañendo
con sus dedos
y pelos de caballo.
Sus suaves manitas
estan hablando.
Se mueve con dulzura
y gran pasión...
el cerrar de sus ojos
dice que sueña
y ve el dolor.
De pronto, de furtivo
cambio el tono, estación.
La pianista la acompaña
y ella con sutileza
las últimas notas nos regala.