El hijo de los Arrieta
está llorando otra vez,
los zapatos le aprietan
y no aguanta sus pies.
Al hijo de los Fernández
de manera muy cruel,
los zapatos le quedan grandes
y le bailan en los pies.
El hijo de la familia Soto
bajando viene la cuesta,
tienes sus zapatos rotos
pero a él no le molesta.
No es cuestión de zapatos
como usted lo puede ver
sean costosos o sean baratos
lo importante es usted.
Alejandro J. Díaz Valero