Si supieras lo delgada que es la pared
entre Tú y yo, entre nuestro amor y tu orgullo,
que tan solo por salir triunfadora en tu competencia
dejas morir este sentimiento sin ninguna clemencia.
Y ahora colocas una barrera
que divide a tu alma con tu mente fría
transformando tus pensamientos en conocimientos
dejando un corazón en agonía.
Cumpliendo una sentencia sin condena
al que me has impuesto sin remordimiento alguno
talvez sobreviva en el silencio, o talvez muera sin ninguna pena
tan solo por culpa de tu cruel y maldito orgullo.
RICVEL