Aún sangran en mi pecho
las heridas fiera de tu olvido
como pichón fuera de su nido
me dejaste tirado y desecho.
¿Por qué pensaste amor mío,
que sin ti estaría mejor?
Hoy el sufrimiento bravío
causándome está dolor.
Espero algún día encontrarte
y decirte que aún te quiero
y que la herida del puñal fiero
aún más me ha hecho amarte.
Aunque me quedé adolorido
no te guardo rencor
porque siempre te he querido
a pesar de mi cruel dolor.