La negra noche cubrió,
la magna cúpula universal.
El tiempo detuvo su andar;
en aquel páramo, de no olvidar.
El aroma suspicaz de las rosas.
Se mezclaba serpenteado,
Entre las tenues ráfagas ,
De nuestro idilio atormentado.
nuestro tremor muscular,
descolgaba la pasión.
Guardando sin mesura,
las pocas gotas de razón.
nos cubrió la burbuja
de la ansiedad y el silencio
sin aire, sin viento
solo tu en mi asiento.
Y yo navegando en el placer,
Estrellado, de nuestra
Burbuja, de amor anhelado.