Francisco Eduardo

Presencia

Idealizada mil veces al día, te deseo

es un sueño sutil tu imagen

musa irónica que se revela ante mi desnuda sin corazón

ante el latente sangrante de la fe

que se abate entre gotas espesas de esperanza;

mas en tu mirada interpreto la duda

que amargamente me acosa, y te deseo...

 

pero aunque quiero atender la ambición de verte

el orgullo se engrandece de una mentira herida

y voy a ti mecánicamente al escuchar tu nombre

 

mas sé que mi ruego jamás es escuchado

y hace eco en la nostalgia de la soledad

tantas veces que ya lacera el desasosiego

y creo tomar valor por instantes repentinos.

 

Si huyera por fin ese fantasma en tu mirada...

si vieras la verdad en mis ojos al contemplarte

sin tratar de huir de ti misma, enfrentándote

quiera Díos que el sueño infrinja su naturaleza

rindiendo tributo a la realidad, me regocijaría...

 

Ven, acércate a mí, que tu voz rompe todos mis esquemas

más cerca, y podrás escuchar la voz de éste corazón

enigma que se revela ante esa señal elevándose como una suplica

Y se retuerce en su desconcierto, viéndose preso en la confusión

Y que está atormentado y dispuesto ante tu presencia.