Gustavo Garcia

Celeste Colibrí y Mariposa Bicolor - Cuentos Elevados XVII - Inspiración LXVIII

Soplaba celeste brisa

del ancho y azul eterno.

Áureas pinceladas teñían

el colosal techo del terriblemente amado

Dios. 

¿Porqué nos ocultas el brillo con tu

almidonada sábana?

¿Porque no permites que nos toque

la luz de tu creación?

 

De pronto

el sol,

radiante se mostró.

 

Calor.

Amor?

Sí... Amor.

 

...

 

"Celeste Colibrí,

acaso te escapas tú de mí?

 

"Imposible hecho

el que me dices a mí,

si a tí yo no me acerco,

es que por amor me voy a morir.

¡Ay Mariposa!

Intocable y admirable,

deliciosa y graciosa,

que lo es sabiendo

y que no fingiendo

jugando coqueta

tu travieso juego,

de ser inocente

inocente siendo."

 

( Mariposa se sonrojó,

de ser bicolor acabó,

y colorida terminó.)

 

"Ay Colibrí amigo

sé que eres compañero querido,

por eso las tristezas que cargo

te las cuento y no sé si te embargo

también a ti de tristeza

pero es que, hasta he perdido la vergüenza

y no sé si quizás también la esperanza."

 

"¿Qué pesar atormenta tu sensible interior?"

 

"Un latente recuerdo

de un lugar lejano,

que no está en el mas allá

ni en el más acá tampoco,

y atormenta día a día

mi corazón enamorado;

y la Rosa que me anida

poco a poco se marchita

sin aparente razón."

 

"Más mal no debes ya sentirte,

que conozco el motivo que aflige tu ser,

que tengo yo una misión,

y ahora mismo te lo he de hacer saber

no por nada celeste es mi color

y es que por allá,

en lo infinito,

que no alcanza ni imaginación,

ahí, desde lo alto, me mandó el buen Dios,

a aliviar las penas,

y las alegrías avivar,

de aquellos que recuerdan su antiguo hogar,

pues no te sientas mal ahora

que pronto conocerás

la manera de llegar

a ese no olvidado lugar

que nunca se debió dejar."

 

"Y cómo he de regresar?"

 

"Bueno pues..."

 

Soplaba celeste brisa

del ancho y azul eterno.

Áureas pinceladas teñían

el colosal techo del terriblemente amado

Dios.

...

 

Y presentí.

Y sonreí.