Aquel encuentro que percibe esta inedita primavera,
cambia de acuerdo a su semejanza; vivaz como un resplandor de ser la osadia de esta existencia mezquina.
Obligado a convertirse en crepúsculos recuerdos; sustentando con argucia el llanto que fulmino, tal suerte se turbaron con el mismo secreto.
Este lienzo en la inefable delicia que jamas fructificó mi memoria; hace ajena esa verdad ausente de una pasion sin limite.
La causa de tal acecho embriaga al corazon de ternura, que nunca ha de tornar su naturaleza;siendo el exiler de un artificio.