Día a día te miro pasar
nuestras miradas se vuelven a cruzar
y ese ángel llamado cupido
constantemente me vuelve a flechar.
Esa tierna mirada
tu inocencia al caminar
tu sonrisa sin igual
todo el tiempo me hacen suspirar...
Aún no lo puedo explicar
como esto me pudo pasar,
si tan sólo unas veces te miré
y de ti me enamoré.
Te haz vuelto mi inspiración
y a mi regresó esa respiración,
aunque no puedas ser para mi
tendré que aprender a vivir.
Tarde llegué a tu vida
sin tener alguna salida,
sólo me queda resistir
y olvidarme definitivamente de ti....
Autor, Nayeli Montoya.
Reservados los derechos.