Cuando se es mayor dicen que estamos en el otoño de la vida, oh que es él ocaso. Si son jóvenes están en la alborada e en la primavera. Es lo que suele decirse.
En realidad no es así, nadie sabe cuantos ocasos un mayor puede ver, ni cuantas alboradas los mas jóvenes verán.
El destino, no puede ser comprado, ni elegir nuestro tiempo. Cierto que la visión queda flaca, ¿cuantos niños al nacer no ven? Cuanta juventud enferma, que no se curaran nunca. Quisiera que nadie enfermara, que todos fueran iguales en esta sociedad cruda e fría, en que quien ha sembrado la tierra, regado con su sudor, las semillas, para la juventud de hoy, fueran mas queridos e amparados. Por qué tanta mala voluntad, tanta prohibición, en la mayoridad, no se.
¿Que esperan del futuro? Si viven tiempo suficiente serán viejos. ¿Como será? No estamos aquí para verlo. Seguro que se acordaran de nosotros, de lo que hicieran, del desprecio, de tanta culpa echada encima de quien no hizo mas que vivir e ayudar.
Me cuesta, cuando oigo entre dientes, en las cafeterías, chistes de malo gusto, a alguien que es mas que ellos.
Por mi no tengo que decir, de los extraños, me aceptan e nos damos bien. Quizá por saber bajar a su ignorancia.
Se dicen algo a mis espaldas, señal que me respecta la cara.
Cuando te digan que estas en el ocaso de tu vida, le contestaras. “estamos los dos,” no sabemos cual de nosotros no podrá ver la alborada.
Así es la vida, incógnita, del mañana, por eso se tiene que vivir el momento, cada segundo. Ama, pasea, haz lo que te gusta, no tienes que dar cuentas a nadie. Solo a Dios e El no perdona que no aproveches la vida que te ha prestado y para teneres felicidad. Dame la mano amigo, vamos a continuar a ser lo que siempre fuimos trabajadores, Padres, Madres, ¡pero bien en el fondo lo más importante es que seas tú! Un ser humano igual a los demás. No te dejes pisar, no admitas que te ordenen nada. Vive con intensidad lo que tu corazón quiere, olvida, tus arrugas, son belleza, tus cañas, son brillantes como los diamantes.
Nunca pienses en el pasado, que es muy largo, solo en yus momentos de felicidad por mui pequeños y pocos que hayas tenido.
No te abandones, trátate, arréglate, se la envidia de los que ni alborada pueden admirar, pues de tanto beber en la calle o en las discotecas toda la noche, no saben si son gente.
Piensa en tus campos de amapolas, o de margaritas, blancas o amarillas, piensa en tus amores lejanos, piensa que con tu sudor regaste la sementera de tu vida.
Oporto 19 de Setiembre de 2012
Carminha Nieves