Monaguillos bromistas
Un repique de campanas
en lo alto del campanario
tañen al viento, con ganas,
no son notas cotidianas
-pues no llaman al rosario-
están llamando a rebato,
asamblea de vecinos,
y suena, desde hace rato,
su sonido nada grato,
sus repiques tan cansinos.
Sus letanías despierta
a las gentes de su siesta
-no hay quien no las advierta-.
La seo, antes desierta,
a todos acoge presta,
dispersos por los pasillos
-en busca de información-
van formándose corrillos:
¡dos bromistas monaguillos
montaron todo el follón!
No hay fuego en casa alguna
ni bandidos en la aldea
solo la mala fortuna
de una broma inoportuna,
mas la gente se cabrea,
deciden un escarmiento
y los bromistas rapaces
-aunque parezca muy cruento-
diez varazos, con sarmiento,
recibirán por audaces.
© Eduardo González Cuartango
19/09/2012