¡persiste oculto!
en los caminos de mis arterias
en el rincón que es mi absoluto
en la totalidad de mis miserias
¡quedate quieto!
con un segundo de no cordura
daría el respeto a la censura.
sigue cual real perfume viviendo
entre las sombras del pensamiento
sigue callado y conteniendo
tu propio impulso sin espaviento