Y tu me preguntaste un dìa
que si yo tenìa tristezas en mi vida,
¡claro que sì! y me lastiman el alma
y yo no se que hacer,
y aunque nunca lo diga
me angustia saber
que esta doliente calma
con la que vivo en apariencia
dentro de mi gime con ternura
y que en mi apagado corazòn
ya no hay alegrìas.
y que la melancòlica armonìa
en un leve suspiro
con el aire se desaparece,
y que llega misteriosa
en la noche serena
y que delira con el girar del viento
y que toda esta soledad
que ahora me inspira el llanto
se esfuma de mi vida al percibir
que con divino encanto
de mi vivir se aleja la tristeza
y se olvidan las penas.
Pero aùn con la fortuna que yo tengo
de no sentir en mi vida màs tristezas
tampoco tengo amor
porque estoy condenada
a vivir para siempre
muy sola y olvidada.