PENSÉ, ME DIJE, TE OÍ DECIR
Pensé:
Cuanto he de andar para encontrarte?
Cuanto he de dar para tenerte?
Cuanto he de hacer para atraparte?
Cuanto he de cambiar para obtenerte?
Me dije:
El camino es largo, mas no sin fin!
Mis bienes se acaban, pero si te tengo me basta!
Podría intentar todo y nada serviría!
Buena persona podría ser y con mejor corazón,
mas sin intimidad no me conocerás!
Te oí decirme:
Hasta el fin no llegaras, pues en el camino me encontraras y el final conmigo alcanzaras.
Tus bienes por tenerme no tienen valor, soy dueño de oro, la plata y de todo a su alrededor, lo único que quiero es tu obediencia y por entero tu corazón.
No vivo en lugar construido por hombres, ni en aposento que me mantengan encerrado, moro en aquel templo que abrió su puerta y me permite aparte de guiarle, formarle y construirle.
El cambio que te ofrezco para obtenerme es: mi muerte para tu vida, mi pureza por tus pecados, tu mi luz admirable por tus tinieblas, mi sangre de derramada por tu arrepentimiento, que aceptes mi castigo y crucifixión para por y para tu redención y libertad, mi resurrección para tu nuevo nacimiento.
La Biblia 5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.