Tu falso amor vino a mi como ese oro
que se vende como legítimo y de altura
y resultó ser como tu, la prenda oscura
extraída de aquel mar al cual tenía incoloro.
El error mío, suele ser, cuando me enamoro
engaño siempre al alma creyendo está segura
de que otra vez no tendrá más amargura
y con entes como tu, con otro dolor la decoro.
La pena en el corazón ni la misma pena vale
y aparenta no salir de su dolor nunca jamás
al recordar tu traición matadora de la paz
que recobraré un día, porque esta pena sale.
Si quieres seguir tu vida promiscua, dale,
seguro adelante en un hospital quedarás
con esa enfermedad en la cual terminarás
recordando que la decencia pudo evitar tus males.
Y allí entonces morirás, pues te mataste y te toca;
llegará tu hora final por todo lo que adquiriste,
y te irás de falsa igual a aquel amor que me diste
y con una lágrima de adiós pondrás mi nombre en tu boca...
Alviz Neleb
Septiembre 29 de 2012
11:50 a.m. - Jueves