Tienes en las alas, dulce virgen,
un tiempo que es eterno espiral;
el deseo que esculpe es margen
y centro, agua que brilla cristal.
Se mezcla en todos mis sentidos
tu alma, un aroma tan especial,
cuya imagen te mantiene cautivo
sin saber si el conocerte sea real.
Se enteraron te llevo esperando
mas de lo que cualquier mortal
pero tanto esperar ha premiado
paciencia de este amor celestial.
En tu vuelo de mariposa flotas,
por el camino, estela perdurará
demostrando el sueño no agota
sino que extiende fe de alcanzar.
Divina, como un ángel del cielo,
llena de vida y pasión sin dudar;
valentía simple forjada en fuego,
el temple que llevas me quemará.
Humana, elegida para un pueblo
que habita dentro mío como mar,
su tierra, es este corazón de cero
donde solo tu arribo inaugurará.
Tú, mujer, que revives al Eterno,
en su calor, siempre me hallarás;
no habrá un jamás en tu historia
pues amarte es principio sin final.