A la Maestra y Poetiza.
Y fue el jardín testigo mudo
de tus primeros versos,
la mirada absorta en la bella naturaleza
el trino de aves se confabulóse con tu pluma,
voló tu inspiración innata
vertiéndose día a día poesía.
El paso de tu pluma
se deslizo en tu niñez,
la adolescencia de tus momentos
y en tu paso de mujer.
Y fue,
alguien, Soledad y alma
quien derramo entre letras
las tristezas de la vida.
Todo es ronda en tu poesía
calidez de madre
en tu vientre vacío.
Lucila bella Mujer de alma poeta,
las marcas de la vida,
dejo en ti dejos de tristeza
viviste entre el murmullo de “Ladrona”
y el luto de un valiente Suicida.
!Hay! ¡Cómo sufrió tu alma enamorada!
hasta el borde y quiebre de la locura
en un bolsillo una carta,
y en tú alma la tristeza invadía
dejando en ti marcas
que jamás se borrarían...
Los ojos vieron, tu aspecto por fuera
juzgaron tu esencia como dura,
y no valoraron lo que había dentro
creerían como yo,
en la sensibilidad de tu alma.
¡Fue duro!, lo sé… muy duro
tu andar pionero en esta vida,
entre las críticas y burlas,
nunca vieron tu brillante mañana
que hizo de ti una reconocida poetiza.
Sonetos de la muerte
pincelaron tu tristeza,
el cabalgar de tu pluma
lleno de trote en duelo
renaciste de nuevo
y aprendiste a soñar
y vivir en medio del dolor,
Autónoma fuiste
reconocida a los años,
fue tu carisma de mujer
la que defendió
el ensueño de mujer y la pobreza
Nadie es profeta en su tierra
fueron las fronteras extranjeras
que valoraron tu nobleza.
Hoy nos dejas el sabor de tus
entrañables sentimientos
y en el podio tú nombre
Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga
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