Elefantes alados sobre mares de estrellas
entre nubes de flores de colores brillantes,
barritando de amores voces unen galantes
preludiando el romance con preciosas doncellas.
En su casa lechuza destartala un ropero,
ha notado en el cielo conmoción a lo lejos,
agitada y nerviosa busca hallar catalejos,
con tremenda aflicción desordena su agujero…
De la luna un reflejo distorsiona visión,
la lengüeta difusa en el aire ondulante
traza blanda la senda nebulosa y distante
y en el ojo del ave sobresalta emoción.
Tras el velo de luna paquidermos alados
en amor elevados baten alas sedosas,
flotan ya acompasadas sus estampas grandiosas
por figuras curiosas lucen cielos poblados.
La inquieta avecilla surca techos plateados,
pues presiente presencia de doncellas hermosas,
aleteando veloz tras visiones borrosas
embelesan sus ojos horizontes rosados.
Descorrida la bruma que mirada encandila
sobre grácil carroza repujada con luz,
se aproximan las hembras de trenzada testuz,
en magnífica escena la esperanza fibrila.
Mientras tanto lechuza con mirar delirante,
el pomposo cortejo centellando ilusiones,
con crispado plumaje pulido en emociones
cataratas de luz tornan ojo chispeante…
Encabeza el desfile comité de patriarcas
avanzando pausados con postura solemne,
protocolo en parsimonia de mirada indemne,
sobre nubes de rosas se desplazan jerarcas .
Un ballet de luciérnagas pintoresco esboza
cual burbujas ligeras en sutil sincronía,
formaciones lucidas destellando armonía,
en sonoros compases firmamento retoza.
Serio anda don búho maestro de ceremonia
las chicharas del coro cantan con rebeldía,
desafinan las notas en audaz osadía
procurando que el búho pierda su parsimonia.
Relucientes las hembras acicalan vestidos
abrillantan coronas y acomodan sus velos;
la carroza bullente de suspiros y anhelos
las conduce impacientes hasta sus prometidos.
Estiradas las tropas de futuros maridos
carrusel de emociones canaliza la entrada,
cataratas de novias en sedosa llegada
acaricia alegrías al plegarse vestidos .
Un dragón amarillo con aliento de fuego
ha oficiado en las bodas compromiso certero
y le advierte a los novios el deber verdadero…
pues tener una esposa no es asunto de juego.
La lechuza sonríe con agrado sincero
ya que observa en algunos la mirada ladina,
travesuras de macho en uno rostro adivina,
el dragón en rugido sella el pacto severo.
La tremenda lechuza en carcajadas se agita
de repente la risa calla en clara aflicción.
Estremece plumaje general conmoción
el regreso a su casa con pesar precipita…
En ingrato momento recordó el tiradero
con aliento cortado por titánico esfuerzo,
recalienta un bocado que sobró del almuerzo,
barre, lava, trapea con afanado esmero…
Su amoroso marido en vuelo está venidero,
en aromas compuesta, diligente y serena
animada y alegre disponiendo la cena,
don lechuzo la encuentra al volver al agujero.