Anoche tu sonrisa me iluminó,
cada mirada tuya
era un rayo de sol
en mi triste caminar.
Anoche tus manos calmaron
mis angustias,
cada uno de tus dedos
dibujaron en mí,miles de ilusiones.
Anoche quería escribir algo
en esta hoja en blanco;
pero solo tu rostro aparecía,
tu mirada me abrazaba.
Aparecías atrás de cada letra,
te escondías en mis invisibles estrofas,
en cada verso que escribía brincabas
y desaparecían,te atrapaba mi alma.
Anoche quería abrazarme a tí,
como tantas veces y me recibiste sonriente...
¿qué tiene tu corazón,que me encanta?
¿qué tienen tus palabras,
que me hacen sentir fuerte?
¿Qué tienes tú,en tu dulce alma,
que mis días siempre aclaras?
¿qué tienes tú, que generosamente
me recibes gozoso en tu almohada?
Anoche en las penumbras
sentí tu presencia,
sentí la tibieza de tus pasos
y el suave aroma de tu abrazo.
Anoche si,amor,
sentí como hasta mí llegabas,
abrazándome...¡con tantas ganas!
que mi hoja se desveló en blanco,
esperando a que la llenara.
Anoche olvidé escribir
por que fuiste tú,más
que inspiración,fuiste presencia
y fuiste más que un verso,
fuiste música en mis adentros,
energía que viajaba en mi interior,
acelerando cada latido de mi corazón.
Anoche,quizá como nunca te sentí,
basta con decir que tu nombre
se quedó prendado en mí,
como la única razón de mi existir.
Anoche amor...
no me arrepentí...
de que llegaras hasta mi lecho
y se me olvidara escribir.
YOLANDA BARRY.