Cuanta tristeza da mantener la esperanza
que el amor que uno sueña sea correspondido
sea el amor aliciente del fulgor enardecido
en dos almas llenas con sentimientos de bonanza.
El brillo de la lágrima en su recorrido desluce
un facial melancólico en su hora
donde no cabe razón y el corazón llora
por el facial que un día sonrió y hoy es un cruce.
Cuanta tristeza saber después de la propuesta
una interrogante que solo deja contestada
otra interrogante que no te dice nada
y entre sí y no te da nada por respuesta.
A ver amor, no te obligo y no es mi intención
molestarte para obtener de ti en definitiva
una contestación para mantener mi alma viva
y así pueda ser felíz con tu sabia decisión.
Cuanta tristeza hay en mi y en mis pasiones
deseosas de revivir con lo que tu decidas
porque solo tu podrás hacer felices dos vidas
y darle a esas vidas amor en nuevos corazones...
Alviz Neleb
Agosto 28 de 2012
4:43 p.m. - Martes