A dónde ven tus ojos,
cuando creo que me miras.
A quién va tu sonrisa,
cuando viéndome sueltas.
En quién piensas,
cuando te miro y no me miras.
¿A quién tu mente imagina?
A dónde van tus pasos,
tus punteadas de bailarina.
He llegado a seguirte
por contar tus pasos,
pisar tu pasado.
He llegado a hablarte
como nunca he pensado;
tu nombre para evocarte,
eso hubiera deseado.
Ahora me quedan estas palabras
que no sé si sean de tu agrado.