Fabrice

Una Tarde de Septiembre

 Nos amamos una tarde de septiembre

Y en idioma de brisas, cantaba el ramaje

Una eterna canción sobre aquel instante:

 Fugacidad tengan!

 Fogosidad fría!

 Es vuestro este minuto y su esencia de arena

 Las bellas memorias que adoran guardarse las

Vidas

 El rayo dorado marcando hasta siempre el ánima

 Fugacidad ardiente y fuego propio, sean

 No olviden

 Olvidarse, en tersa y sabia despedida..

Comprendiase yo, aquel idioma elevado

Por pura abstracción de los enamorados

Creí tiernamente que la primavera

Nos celebrara, como inmensos brillos del paisaje..

Más, la cancion se apodero de mi cielo

Y era una advertencia que el viento regaba

Hacia locas pasiones al grado desvelo

Hacia furias de amor, degradando a imprescindibles..

No sé cómo, pero solo logre enfadarme

Con el bosque y su atrevimiento, que al parecer

Tenía la absurda idea,

 De que a aquello le faltaba suelo

Y hasta que iba a desaparecer;

Como mágico desliz de invierno

Que éramos ambos, niños blancos

Como blanco el papel, el sueño..

Esa noche estiramos, crujimos, cuando debíamos irnos

Antes, la luna esta vez, enviábame, en verso:

 Te espero en otoños cuerdos, cuando ella te deje mío..

 Te espero en otoños lerdos, cuando me recuerdes ella..

 Te espero cuando esperes, cuando no te encuentres

 Ay! cuando pierdas...