La ciudad es un enorme silencio.
Llueve
Ella… escucha, el incesante caer de las gotas, nada escapa a sus sentidos.
Se prepara el famoso té de hierbas, que según sus amigas…tiene efectos milagrosos para las noches de insomnio.
Sentada en un sillón, medita.
Enciende la radio, una voz la lleva a vivir mundos prestados, a través de la música, poemas y cuentos.
Sueña, siente las letras las que, llegan a lo más hondo de su ser.
Delicados sentimientos escondidos. Tiritan en algún estante del corazón.
La paz interior la invade, ha alcanzado serenidad, aunque deba enfrentar complicaciones.
Toma el tiempo, para reflexionar, se corre.
Esta etapa es única, puede sentir, gozar, ordenar su vida, amar, sufrir.
Disfrutar de todo sin rencores. Es mujer en lo profundo.
Sus pasos la llevan al lugar que quiere. Camina sin muletas.
A pesar del dolor, de pérdidas, se ha vuelto a levantar.
Es toda una, cuerpo y espíritu, quiere la alegría y volar.
Agradece a Dios, haber sentido la vida en sus entrañas, algunas marcas, el cuerpo cambia.
No se preocupa por el qué dirán, ya aprendió… equivocarse es parte de vivir.
Orgullosa de ser mujer, de enriquecer la vida, centrarse en las cosas más sencillas, en la belleza del día a día, en la creatividad, necesaria para hacer sueños realidad.
Vibrar ante ese despertar, que resuena en el alma, esa toma de conciencia, del aquí y ahora.
Le gusta ser madura, con la ilusión de una niña y la fuerza del amor adulto, sin miedos.
Se tiene a sí misma, es su mejor amiga.
Aciertos, errores, ya no hay juicios, no hay culpas, se hace cargo de sus elecciones.
La lluvia, la radio, la música trajeron éstas reflexiones…..y así transita la vida….
Dejó de sonar la voz, en la calma de la noche.
El programa radial ha concluido.
Una luz comienza a filtrarse por el ventanal.
Late el corazón de ella……esa mujer madura!!