Grisáceo cielo aterrador
Espantas con tu leonés rugir,
Opacas la tierra con triste color
Sembrando el miedo intenso a morir.
Impulsas con furia al viento
Haciendo tú rugir más fuerte,
Con nubes anochecidas en el firmamento
Iluminadas rara vez con luz intermitente.
Presumes arrogante tu poder
Te sientes invencible y gritas,
Mas es hipocresía tu proceder
Pues te sientes triste y lloras.
Lluvia de lágrimas haces descender
Acobardado coloso emperador,
Inservible queda entonces tu poder
Cuando lloras víctima del dolor.
Te ocultas vistiéndote de azabache
Porque no quieres mostrar tu congoja,
Adolorido deseas que llegue la noche
Y se deshaga del mal que de tu paz te despoja.
¡Si señor amante! La heriste con desprecio
Tu altivez te prohibió amarla
Hoy lloras pagando un merecido precio
No la tendrás nunca así que empieza a extrañarla…
Olvidarla no podrás y será eterno castigo
Vivirás huérfano de cariño
Errante por caminos acompañado solo contigo
Con tu rostro marchito de lágrimas de niño.
Aterrado por tu grisáceo entorno
Y espantado por tu rugir callado
El miedo se convierte en tu adorno
De aterrador pasaste a ser aterrado.
Olvídate del poder que un día fue tuyo
Ahora solo tienes dolor
Heriste con saña su orgullo
Y sufrirás eternamente por su amor…