Como un ¡Naufrago!
Como un naufrago en medio de una isla en soledad
He quedado después de su partida
Mis movimientos cesaron desde mis pensamientos
Un lugar se encontraba vacío dentro de mí
Miraba los rincones adyacentes del lugar, y;
No encontraba a esa mujer
Que iluminó mi vida
Con siete días de ¡Amor! Y seis días de ¡Luz!
Ese tesoro más valioso que es, ese ser
Que entregó ¡Amor y Pasión!
Su compañía era mi luz
Para poder caminar seguro día a día
Su ternura era un alimento para mis oídos
Sus caricias eran una sensación a mi piel, y;
Sus movimientos eran un jardín de flores hermosas
Su partida deja un alma en soledad
Un naufrago sin movimientos,
Sin pensamientos y sin ¡amor!
Hoy sólo pienso en un nuevo encuentro
Para recuperar esa presencia de mujer
Sus aromas, sus ojos y su ternura
Hoy sólo pienso en el blanco de su alma
Su comprensión en su mirada
El secreto más sutil de su sonrisa
Que regalaba con ¡Amor!
Esa ¡Mujer! Es un ¡Poema!
Del mil versos
Es la caricia que derrama su corazón.
Autor: Hernán R. Cornejo Véliz