Qué loca sensación de lo intangible,
lo que nunca dice nada y dice todo.
La vida se nos viste de arrogancia
entre las nubes de una especie de ignominia.
Qué símbolo del castigo hecho hombre
se nos debita de una vida con pasado
son los más tiernos aconteceres ya guardados
los que en un recuerdo nacen vacíos, sin destino.
No se pueden esbozar los sentimientos
cuando en el tiempo los baldíos se han borrado.
Aquella pelota que saltaba y jugueteaba
como soñando con un pie que la pateara.
Qué injusto destino nos ha tocado
anclarnos en los recuerdos del pasado
y no ser el presente más que un lamento
de todo lo perdido en tradiciones.
A veces pienso que son las viejas del barrio
que creen estar viviendo en un geriátrico,
odian la bulla tierna de los niños,
de adolescentes en un juego de pelota.
Saltan como arpías entre la niebla
denotando su muerte tan cercana.
Viejas de mierda que han nacido
para pinchar las ilusiones de los niños
Ya tendrán tiempo de hallar la paz bajo la tierra
en un mundo donde el diablo les dará cabida.
“Siéntate amigo en el cordón de la vereda
y verás pasar el cadáver de tu enemigo”
Se irán, son seres de otros tiempos
tiempos que nunca volverán a distraerlos.
los árboles que han plantado en el terreno
para evitar el tierno arrullo de los pendejos
serán las sombras que enlutarán sus sepulturas
cuando no tengan un aliento de vida nueva.
CARLOS A. BADARACCO
23/9/12
(CARLOS A. BADARACCO)