Cuando nace el amor,
Nace a veces impetuoso como fuerte ventisca;
A veces silencio como nace en la montaña la fuente cristalina del arroyo,
¡Y empieza a forjar camino montaña abajo!
Moldeando el sentimiento;
Entretejiendo momentos que se tatúan en la piel,
Miradas que penetran hasta el fondo del ser;
¡Besos que existan hasta casi desfallecer,
Ese amor que nace niño
Crece amamantándose de caricias,
De sensaciones cálidas;
De palabras en versos, de melodías susurradas al alma;
De la constancia y mutuo apoyo,
El amor que canta libre al viento;
Que se pavonea como único dueño del sentimiento,
¡Que mariposea en las entrañas!
Que quema dulcemente la piel;
El amor se adueña del pensamiento,
Ocupa cada sitio, que habitamos;
Como buen estratega todo lo sabe utilizar,
¡No hay fibra del ser que no se entregue al amor!
Aquel arroyito tímido, ahora es un gran rio torrentoso;
Corriendo raudo por las venas para desembocar al mar,
Agitando el pecho a su libre parecer.
Superarando todo aquello que lo quiere matar,
La rutina, el hastió, el vivir;
¡El amor pinta la vida en tonos rosas!
Todo brilla, todo parece mágico Todo se ciñe a su voluntad;
No se puede escapar una vez arribe a nuestro puerto,
Una vez se funda en el alma, no se podrá separar.