Mientras espero la hora concertada
voy trenzando los lazos
que te atarán a mis errantes navíos
con los juncos de mis cabellos,
a la entrada de mi patria
yo voy bordando silencios.
Melodías clandestinas acompasan la espera.
La noche reza dulzuras
mientras destilo aquel vino prometido,
que has de beber de un trago
junto a la hoguera y los cueros.
Ungiré mi cuerpo en el zumo
de tu aliento y me dejaré llevar
por la firmeza de tus brazos.
Pero mientras apareces
cabalgando distancias
yo estoy tallando tu nombre
sobre la corteza de mis piernas,
cada una de las letras se van tiñendo
de sangre; sangre libre y morena,
incrustado así en mis carnes
no podrás negar que me has vivido.
La fuerza que te sostiene, macho alfa ,
me derrota y me subleva por dentro,
certeza de que me esperas
en los andamios de siempre
vestido de eternidades
me has buscado bajo las piedras,
y en esta noche de cita yo me pregunto
¿ que pasaría contigo
si abordo tu boca eterna
en un viaje sin regreso?
Alejandrina.