Cock

:::::Esperanzas:::::

Yo que decía

no tener esperanzas en nada,

de repente me despierto un día

y me descubro fingidor de pacotilla.

 

Me clavo la mirada frente al espejo

y me digo 2 o 3 groserías,

no tan fuertes,

pues no me desprecio tanto

como para matar la esperanza

de autoreconciliarme un día.

 

¡Y es que tan sólo hoy

me he enumerado tantas esperanzas

que podría llenar uno de esos

pergaminos infinitos de las caricaturas!

 

Por ejemplo,

a pesar de que disfruto

de mi sola compañía,

apenas compré unos naipes

con la esperanza

de que los amigos me visiten

y traigan consigo una de esas

dotaciones de alegría.

 

La verdad es que

no estoy tan muerto como creía.

Mi corazón aún bombea arrepentimiento

cada que lo que hago a alguien lastima,

con la esperanza de que en algún momento,

antes de, ahora sí, muerto,

o no lastime

o de a tiro mejor no haga.

 

Y así me sigo con una y otra...

 

Como aquella terca de

poder terminar de conocerme un día

pues ya tiene mucho que me presentaron

con mi, y su, servidor.

 

O aquella otra de entender mis actos

y mis des-actos

en el acto o en el des-acto,

según corresponda.

 

Y otra y otra...

 

Como aquella corriente

de no vomitar en casa ajena

cuando me paso de copas.

(Maldita sea mi suerte,

que casi siempre me pela los dientes)

 

O la de no dormirme en mis laureles

ni en los de nadie más,

a pesar de lo difícil que sea,

porque si algo abunda

son los malditos laureles

y mis benditas ganas de dormirme.

 

Y ya pa' rematar,

aquella esperanza,

que, en realidad, es una certeza,

gracias a Dios (aunque él si sea una esperanza),

de encontrarme muerto un día,

pues no me veo batallando eternamente

con esta lista infinita.

 

JCEM