Para estos días
tengo guardado
un cielo azul sin nubes,
pocas promesas que me quedan de la infancia
y las tardes de mi madre
angustiada, frente a la callejuela de mi barrio.
Para este corto tiempo,
vacío de lo que perdí,
en el transcurso de mis pálidos minutos
asomado a un espejo
de propensión en que acumúlanse distancias
de mi ser y mi nada,
de mi ser y un ente oscuro
en las dimensiones de mi espíritu.
Para estos días
nuevos y viejos, según ellos te llamen,
tengo como recompensa
una duda inexacta,
una incertidumbre agonizante
como en opaco escaparate ante mis ojos.
(GALERÍA INSOMNE)