Francisco Gaitan Downs

..."A LA DESPEDIDA DE UN AMIGO."...

Se oscureció el cielo y bajo sus nubes negras
Las gotas de lluvia mojaban la tierra, las personas
Corrían buscando donde escampar el agua, yo me

Despedí de un estrechón de mano y sin querer el
Me abrazo y de asombro me dejo, viéndome 
Fijamente a los ojos, sonrió diciéndome Dios te 
Acompañe y entre asombros de felicidad le dije igual.

Sonriendo tome un taxi con rumbo a mi hogar antes
Que me pudiera enfermar, pero el asombro del gesto
Cordial no concebía en mi mente por ser alguien poco
Social, pero me fue grato al menos el abrazo me hizo 
Sonreír y comente con mi madre los cambios bueno que
Hacen las personas, y decidí escribir un estado especial
En el Facebook para poderlo compartir con amigos.

Mientras la lluvia cesaba y el frío se apoderaba de nosotros
Mi madre contenta preparaba un chocolate caliente y muy
Jovial con mi padre hablaba sobre la cantidad de agua que
Estaba cayendo sobre nosotros y pensando en las personas
Que viven en condiciones precarias, por falta de amor de sus
Semejantes. La cita de estar en los brazos de Morfeo llego 
Y sin duda alguna me despedí y me dispuse a soñar antes orar.

Y sin saber amaneció, fue grato ver el sol, tocar mi cuerpo y saber
Que fue Dios el que me formo, y de gratitud al menos le dije Gracias señor
Pero la alegría duro poco, al escuchar que las aguas de la noche
Le habían cobrado la vida a quien de un abrazo se había despedido,
Y es que en una crisis de epilepsia nadie noto que al suelo lo tumbo
Y las aguas de la maldita esquina con defecto por el constructor hacen 
Que las aguas se acumulen en gran cantidad, ahogándolo sin pesar.

Corrí a ver su cuerpo, pues no creía que ya no estaba, no era posible
Que después de un abrazo de despedida no estuviera conmigo, 
Lo vi en medio de cuatro tablas con señas visibles en su rostro se 
Pintaba una sonrisa en su rostro y me hacía pensar que dormía
Y desesperado por su nombre lo llame sin respuesta tener, y ya en 
Medio de la razón se me partió el corazón llorando sin control por aquel
Amigo que un día me abrazo y me dijo que me marchara con Dios.

Yace el cuerpo en un sepulcro en medio de un ambiente de tristeza
Y llanto recordando a un hombre que jamás su enfermedad acepto
Pero no creo que fue digno de morir así, me partió el alma ver a su 
Madre quien incontrolablemente lloraba la partida de su único hijo,
Que el agua le arrebato y de sus brazos se lo llevo hoy nos queda luto
Y dolor en nuestros corazones pero el recuerdo de alguien que demostró
Ser grande ante el dolor he inmune ante el amor y a mí un gesto de valor.




Escrito: Francisco Gaitan Downs

Bluefields, Nicaragua.