En la Grecia de los dioses
De parajes del Olimpo,
Hubo amor supremo y limpio
De deidad feliz en goces
Dios eterno amó a mortal
Que en lindeza fue infinita,
Más hermosa que Afrodita,
De esplendores sin igual
Le brindo eterno homenaje
Que en el tiempo perpetuó,
Y el amor que le sintió,
Es presente en paisaje
Hizo en piedra bella Luna
Arrojándola a la noche
Y puliéndola cual broche
Le dio lustre de fortuna
Y en su mano hizo farol
Con brillante roca inerte
Y lanzándola muy fuerte
Puso en cielo ardiente Sol
Dos regalos le entregó
A su dama enamorada
Y ella alzando la mirada,
En hipnosis se quedó
Y este ser omnipotente
Vio en sus ojos mil centellas
E inspirado le hizo estrellas,
Para amarle eternamente
Sacó pluma de un baúl
Y trazó arriba ilusión,
Hizo nubes de algodón
Y pintó al cielo de azul
Pincelaba sin parar
Con su magia en fantasías,
Tiño azules bellos días,
Y también de azul el mar
Inventó verdes praderas,
Hizo ambientes soñadores
Le seguía haciendo honores,
Para amarle en mil maneras
Puso garzas en el aire,
Y flamencos en la tierra,
Se inventó la primavera
Con orgullo y con donaire
Creó hermosas mariposas
Puso un arco de colores
Diseñó miles de flores,
Tantas cosas asombrosas
Le dio sueños en planeta
Con presentes, en su honor
Todo lo hizo por amor
Su emoción no era discreta
Mas mortal no lo quería,
Y contando su secreto
Le dejó dolor completo,
Y se fue, vaya osadía
Fue tan grande decepción
De infinito Ser Supremo
Que en tristeza y desenfreno
Se arrancó su corazón
Se marchó por desespero
Entre vientos de huracán
Y volviéndose un volcán
Hizo en tierra un agujero
Ahora duerme malherido,
Dios supremo enamorado,
Mas si grita demasiado
Brota lava en un quejido
No le importa destruir
Ya que vive en desamor,
Lanza fuego al exterior,
Afligido en su sentir
Si algún día hay erupción
Es del ser desesperado,
Pues recuerda acongojado
Una ingrata decepción…