Triste está la poeta
Para Alejandra Pizarnik en su aniversario luctuoso
Al pie de su ventana, brilla la luna llena,
siendo una tosca espina penetra por su pecho,
vaga de nube en nube por un camino estrecho
al cielo de sus ojos con desamor y pena.
¡Qué voraz la distancia! ¡Qué voraz la condena!
Al contemplar las sombras que danzan en el techo,
mojando con sus lágrimas las sábanas y el lecho
como mojan las olas la orilla de la arena.
Triste está la poeta, su corazón disperso;
no obstante, poco a poco, en la hoja vacía,
reanima su pluma, reaviva su ser.
Esboza una palabra, osada escribe un verso,
su negra pesadumbre se torna poesía.
¡Como una mariposa renace la mujer!