¿De que manera tu piel se quedó adherida a la mía?
¿De que forma tus ojos se hicieron míos?
¿De que manera me llega el olor de tu fragancia,
que me cautivaste y me atrapaste?
Traspasaste el azul de mi cielo mexicano
y me llevaste a conocer tu cielo español;
y me dejaste tejer margaritas de amor en tus labios.
Rosa y clavel, se fundieron en fuego de amor.
Me dejaste amarte y hundirme en ti;
En tu riachuelo de amor.
En tu río Genil viajamos a hurtadillas,
hasta llegar a la vorágine de amor,
a saciar los instantes de tenernos.
Nos rodeamos con lazos azules...
Y en un mar de estrellas nos dimos;
Nos entregamos al amor y al deseo de ser y de sentir…
Los soles y las lunas se unieron a la danza...
Al canto de amor…
Bajo del olmo nos besamos, nos miramos,
hicimos el amor.
Derramamos pasión a la vista de los ángeles;
Porque no era sólo amor.
-Era la pasión de ser dos en UNO, viajando por el universo-
Mi siempre amor mi amor de siempre… Salvador
Alicia Pérez Hernández
(No es la pluma la que escribe es el alma)