Tarde ya...
La inexorable mentira, de la verdad...
lívida, descarnada y real
envuelta en su lúgubre manto de impiedad,
Ciñendo su corona bronce sepulcral
camino de mi vida está.
El cielo quieto y hondo
oscuridad total,
con el infierno a cuestas
acaba de llegar.
El ave negra
arde ya en mi funeral,
y mi alma enloquecida
de la mano de la muerte va,
sin la luz de tus ojos
bagando por toda la eternidad...
L.M