Pablo S

IncreĆ­ble mujer, admirable dulzura

Corazón de poeta, centellante de amor

Tu ternura bendita me regresa el calor

Tus latidos escucho y con cariño te abrazo

Y sin duda te extraño, pues no tienes reemplazo

 

Corazón delicado y tan rico en fulgor

Me motivas tan fácil y suspiro en tu honor

Tu sonrisa sincera me captura sin lazo

Imposible escapar del amor, ya no hay caso

 

Increíble mujer, admirable dulzura

Te busqué y encontré tan sonriente y hermosa

Me sorprende saber que tú existes tan pura

 

Es un gozo tan grande el sentir tu piel rosa

Percibir tu ternura, te confieso, es mi cura

Y te juro que tú eres la mujer más virtuosa