(Personaje en escena leyendo.
Deja diario y se dirige al público)
Allí en primera fila hay una
butaca vacía.
No creo lo haya hecho a propósito.
Posiblemente se haya retrasado.
Mi esposa esta noche no está
presente para ver mi monólogo.
Tal vez se haya cansado de verme
en él. Ustedes van a tener
que aguantarme entonces
sin la presencia de mi esposa.
Algunos la conocen. Otros no.
También yo la conozco...
Perdón, no es para reírse.
No quiero faltarles el respeto
diciéndoles esto.
Ella no está porque anoche...
Sabes que no acepto invitaciones
de último momento.
Me molestan esas reuniones
que debemos hacer todas
las noches por compromiso.
Y tú eres incansable...
Te pasas todas las noches bailando.
Termino tan rendido, que hasta
me cansa verte bailar.
¡Claro, yo bailo poco!...
Y tú bailas por los dos.
No es que soy un amargado.
Solo soy responsable de mi trabajo.
¿Qué tonta pregunta me estás haciendo?
¿Te crees que ensayar y actuar todos los días
no es trabajo?
¿Qué me querés decir con eso?
¿Que ya no te gusta cómo actúo?
Ah... me pareció entonces...
Mi agenda está llena de compromisos.
Y yo sacando el compromiso que tengo
con el teatro, no quiero saber más
nada de esas tontas reuniones.
Pues si no estás de acuerdo,
andá sola. Estoy cansado.
¿Me entendés? ¡Cansado!
¡No de vos no! ¡De la gente!
Ya sé que es parte de mi público.
Amo a mi público,
como ellos a mí...
¿Será posible que todas las noches
tengamos que discutir por lo mismo?
Entonces, sí, andate a dormir...
No, no voy a ir.
Disculpame ante ellos.
En estos momentos el periodismo
no me interesa.
Claro que he luchado toda mi vida
para estar donde estoy.
Si, también el periodismo me ayudó
a ocupar este sitio.
Pero no te olvides de que
he estado durante muchísimos
años en el anonimato.
Ha sido una lucha muy tremenda
llegar. Pero soy de carne y hueso,
como todos. Mi físico no está
para acostarme todos los días
a las cinco de la mañana.
A las diez tenemos ensayo.
Necesito descansar siete u ocho horas.
¿Qué es lo que vás a hacer
en definitiva?
¡Vas a ir igual! ¡Bravo!
¡Bravísimo! La señora quiere
una noche más, figurar en la
sección sociales de los diarios
y revistas...
¡Que te vaya bien!
¡Que esto no marcha bien!
Tu marido tiene éxito,
tienes todo lo que quieres,
gracias al teatro,
y supongo que gracias a mí,
joyas... autos, una mansión...
realizas viajes...
¿Y qué más pretendes?
¡Que yo me siga sacrificando
en ir a esas reuniones! ¡No!
Deja de parlotear... haz
lo que quieras. Ve tú.
Yo no voy. Pero te advierto
que si vas, no me va a agradar...
¡No me grites!...
¡Estás mal enseñada!...
¡Y últimamente muy mal educada!
¡Haz lo que quieras,
pero conmigo no cuentes!...
Mira, si te vas, esta noche andá
a dormir a casa de tus padres.
No vuelvas aquí...
Y se fue nomás...
Esta tarde temprano,
después del ensayo,
fui a buscarla y había salido
con su padre a hacer unas diligencias
familiares.
Estuve con su madre.
Ella no estaba disgustada conmigo.
Me quiere mucho. Estaba enojada
con su hija. Y el padre también...
Ellos son muy comprensivos.
No aceptan las actitudes
que ella a veces adopta.
Tampoco yo.
Pero la amo.
La amo mucho, y a las pocas
horas todo le perdono.
Hace años que estamos casados.
Siempre me ha ayudado a
recordar los guiones...
Ha trabajado a la par mía,
durante mucho tiempo.
Le reconozco el don de voluntad.
Lo hacía porque me amaba,
y sé que me ama.
Pasa que es muy caprichosa
y consentida. Pero...
es buena.Es muy buena...
Su madre me dijo que ella
pensaba venir a la función.
No lo ha hecho...
Señoras y señores,
gracias por haber estado
presentes...
buenas noches pasen todos...
(Actor se dirige al camarín.
Dentro, su esposa lo está esperando.)
Viniste... querida, ¿no viste mi actuación?
¿Sí? ¿ Dónde estabas? Al final de la platea.
¿Querías darme una sorpresa?...
Me la has dado querida. ¿Me perdonas
mi comportamiento de anoche?
Sé que estuve mal al pedirte
que no volvieras. Me hiciste caso.
Pero después me arrepentí.
Te habrá dicho tu madre...
( Ella lo abraza, y se dan un beso en los labios)
Todos los derechos reservados del autor ( Hugo Emilio Ocanto - 26/09/2012)