La tarde resplandecía
en sus ojos cual tizones
ardidos como carbones
en los que fuego prendía.
Motivo fiel de alegría
inspiración de consciencia,
mirando con deferencia
ojos de luz sin igual,
negándose a mirar mal
logran gestar diferencia.
Divino amor refulgente
en visión reveladora
con mirada soñadora
ilumina dulcemente.
Histriónico y elocuente
destellando sutileza,
con fotones de nobleza
anuncia tiempos mejores,
con un mirar de colores
renueva el orbe en belleza.
Sin angustia ni pobreza
donde no existan temores
donde miedos y dolores
no quebranten la cabeza.
Y nadie aluda en torpeza
mezquindades por razones,
un mundo sin depresiones
en natural equidad,
en donde la humanidad
fluye plenamente en dones.
Sociedad en libertad
igualdad de condiciones
donde imperen convicciones
revocantes de crueldad.
Edén de amor y hermandad
armonioso y solidario,
en el que no es necesario
ni importante figurar,
donde mercar y comprar
olvidaron calendario.
En el que en hombre ordinario
hay derecho de opinión
sin temer la reacción
de poder autoritario.
Un don extraordinario
es tener seguridad,
paradigma de verdad
este derecho sustenta,
si en realidad se ostenta
la invaluable libertad…
La tarde resplandecía
renovando las visiones
ensoñación de ilusiones
en sus pupilas ardía.
Soñando culmina el día
centellando hacia el futuro,
un paraíso seguro
vergel de la humanidad
remanso de libertad
llamarada de amor puro.