Una mujer que ha despertado
y remonta vuelo como un ave en el verano,
almita de dios
campesina luna la alumbró
con su alegría disfrazada de dolor,
niña que una sombra la llevó
lejos de los ojos que una vez amó.
Tan desojadas van sus ramas,
como prisionera de una luz samaritana,
como esa canción que su cuerpo entero estremeció
como esa historia que su vientre encadenó.
Mírame a los ojos por favor
bésame esta boca que no te olvidó.
Y ha de volver cada mañana,
a buscar los besos del ayer
a barrer el patio de su infancia,
a rescatar mi corazón de algún dolor.
Y ha de volver con su alegría
con su prisionera libertad,
a silbar eternas melodías
a contemplar mi soledad con su calor.
Hay una huella en su costado
y es como un silencio que regresa del pasado
historia de amor, campesina luz de la oración
como un destello peregrino de ese sol,
que en las serranías se quedó
cuidando los versos de su corazón.
Y ha de llevar por los caminos
rostros de mujeres resistiendo a su destino
de parir sin voz…de limpiar la mierda del patrón
y convidó de libertad con su canción,
que en latinoamérica brotó
regando los campos con su llanto.
y ha de volver cada mañana
a buscar los besos del ayer
a barrer el patio de su infancia
a rescatar mi corazón de algún dolor
y ha de volver con su alegría
con su prisionera libertad
a silbar eternas melodías
a contemplar mi soledad con su calor.